Los triángulos son una figura geométrica básica compuesta de tres lados y tres ángulos. En función de la medida de sus lados y ángulos, existen distintas formas de clasificarlos. La clasificación de los triángulos se realiza en función de la longitud de sus lados y la medida de sus ángulos.
La primera clasificación de los triángulos atiende a la medida de sus lados y establece la existencia de tres tipos básicos: el triángulo equilátero, el triángulo isósceles y el triángulo escaleno. El triángulo equilátero se compone de tres lados iguales, mientras que el isósceles está compuesto por dos lados iguales y uno distinto. Por último, el triángulo escaleno está formado por tres lados diferentes entre sí.
La segunda clasificación de los triángulos se realiza atendiendo a la medida de sus ángulos. Así, se pueden clasificar en triángulos agudos, triángulos rectángulos y triángulos obtusos. El triángulo agudo tiene los tres ángulos agudos, es decir, de menos de 90 grados. El triángulo rectángulo tiene un ángulo recto, es decir, de exactamente 90 grados, y los otros dos ángulos son agudos. Por último, el triángulo obtuso tiene un ángulo obtuso, es decir, de más de 90 grados, y los otros dos son agudos.
Es importante conocer la clasificación de los triángulos para poder aplicar las fórmulas adecuadas en el cálculo de áreas y perímetros, entre otros aspectos. Cada tipo de triángulo presenta características específicas que debemos tener en cuenta al afrontar cualquier problema geométrico relacionado con ellos.